Este parque es considerado por muchos como el parque más bonito del departamento, ya que posee jardineras con rosales, madroños y guayacanes.

Para su construcción se emplearon piedras del río Tapartó para bordear las jardineras y piedras de la cantera de la vereda Serranías para el piso y los caminos. Para complementar sus atractivos, este parque cuenta con una fuente en piedra; un obelisco levantado como homenaje a los fundadores de Jardín, Indalecio Peláez y Clara Echeverry en el centenario de municipio; una escultura en memoria del presbítero Juan Nepomuceno Barrera, a quién se le debe la construcción de la iglesia actual, y el Monumento a la Madre "un homenaje a las más Sublime Concepción del amor".

El colorido mobiliario del parque facilita la tertulia y el encuentro de propios y visitantes, posibilita el descanso y la oportunidad de ver y dejarse ver y sirve de antesala a los múltiples cafés que los rodean y en los cuales siempre hay sitio para el disfrute de un café o un buen licor. Todos estos elementos le otorgan al parque un carácter particular y despiertan el sentido de pertenencia en propios y extraños. El conjunto arquitectónico conformado por el parque y la iglesia fue declarado Monumento Nacional en 1985.